«No pienses en Milei: Cómo el ‘reframing’ está cambiando el tablero político»

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En «No pienses en un elefante», George Lakoff nos muestra cómo el lenguaje configura nuestra forma de ver el mundo mediante la teoría de los marcos. La frase que da título al libro nos demuestra lo complicado que es no visualizar algo cuando se nombra, resaltando el impacto de las palabras en nuestra mente. Esta teoría se enfoca en estructuras mentales que orientan nuestra interpretación del entorno, influyendo en nuestras decisiones y acciones.

Esta introducción es necesaria para comprender un aspecto de la batalla cultural donde el partido «Libertad Avanza» está sacando ventaja. Han armado una fuerte infraestructura para difundir sus ideas y han mantenido un mensaje coherente. Además, han sabido conectar sus marcos con valores y emociones que resuenan en mucha gente, dándoles un plus en la disputa narrativa. En este texto vamos a analizar algunos marcos conceptuales de Javier Milei y de Victoria Villarruel. 

Ella despliega una estrategia narrativa que se diferencia de los grupos populares con los que se asocia a Milei, apunta a conectar con sectores más antiperonistas. Pero lo interesante es cómo Villarruel aplica la técnica del «reframing». Es decir que antes de poder usar un marco a tu favor, tenés que entender bien el que usa tu contrincante, analizando su forma de hablar y las metáforas que emplea. Una vez que lo tenés claro, podés hacer un «reencuadre», adaptando ese marco para que apoye tu visión o propósito. Ella toma el encuadre progresista y lo reconfigura a su favor. Por ejemplo, en el acto realizado hace pocos días en la legislatura porteña,  usa el término «víctimas del terrorismo», una expresión comúnmente asociada al peronismo y a agrupaciones de derechos humanos como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS, entre otras. Habla de «verdad y justicia», pero desde una perspectiva distinta. Incorpora temas como el secuestro y la Memoria, pero le da un giro, aludiendo a violaciones de DDHH en democracia. Su habilidad radica en tomar los marcos del progresismo y adaptarlos de tal manera que, al escuchar fragmentos de su discurso, resulta difícil identificar su origen ideológico. El objetivo detrás de esta estrategia es que, con el tiempo, estos marcos dejen de ser exclusivos del progresismo y se conviertan en referencias más neutrales en el debate político.

Milei también apela al «reframing» al replantear la idea de justicia social y que “donde hay una necesidad hay un derecho”, dándole un giro a estos conceptos. Este reencuadre lleva un concepto positivo como la justicia social y lo pinta de manera negativa, al decir que es «confiscatoria», que tiene un principio de inequidad ante la ley. Con esta perspectiva, quien busca justicia social estaría quitándole a otro de similares características socioeconomicas lo que le pertenece.

La mayoría de la gente se guía más por sus valores que por sus intereses. Los seguidores de Milei sienten que el esfuerzo que hacen día a día es el mismo que hacen otros compatriotas. Hay una valoración positiva de la meritocracia, y aquí sucede la “magia lakoffiana”, en el marco rebota toda idea de que no todos los que tienen más lo consiguieron por mérito propio, se niega ese argumento porque no forma parte del esquema de valores de esas personas.

Si pensamos en una Argentina donde la Población Económicamente Activa está dividida casi a la mitad entre trabajadores formales y el resto, que va desde changarines hasta nómades digitales, Milei busca darle un nuevo significado a la narrativa en sectores donde el discurso peronista no cala. Milei conecta con un sector de la sociedad que siente que siempre sale perdiendo, y su propuesta es que, por una vez, los que siempre se la luchan sean los que salgan ganando. Donde estos sectores pujan por trabajar más con menos regulación, porque el sujeto social es el trabajador luchador.Para cerrar, volvamos al principio: el poder del lenguaje y cómo este moldea nuestra percepción. Lakoff nos mostró con su frase «No pienses en un elefante» lo difícil que es evitar una imagen mental una vez evocada. De la misma manera, aunque Milei pueda generar opiniones divididas, su presencia y su mensaje ya están en nuestra mente. Cada vez que recurrimos a su video del «Ministerio de… afuera» para hacer bromas o comentarios, estamos, sin darnos cuenta, navegando dentro del marco conceptual que él propone. Es una muestra palpable de cómo las ideas, una vez introducidas y reforzadas, pueden influir en la narrativa colectiva y en nuestra forma de interpretar la realidad.